Pues ya pasaron ambos eventos. Cuando todo termina se queda cierta sensación de vacío. Es posible que se deba al ajetreo de estos días, que casi no te daba tiempo a pensar. Era una sensación constante de irrealidad. Ahora que hay familiares aquí, veo que soy un poco más mi padre... intentando en parte recuperar la posición que él tenía ante la vida. Hoy me he puesto a buscar y he recuperado objetivos y cámaras reflex. Voy a volver al blanco y negro.
El velatorio no fue demasiado largo. Ni de lejos fue toda la noche (terminó sobre las dos de la mañana). Fue agradable. Llevábamos termos de té (que en casa sólo tomábamos yo y mi padre) y café. Vinieron amigos de la infancia y pudimos hablar tranquilamente, hasta riéndonos bastante. Hablamos y recordamos las cosas que hizo mi padre por todos (de hecho conocí a mis primeros amigos a través de él). Los invitados decían que era un velatorio atípico: no había abuelitas a las que dar un paseo, familiares que vienen para cumplir, viudas sollozando. No, mejor así tal como fue. Mi madre recuperó bastante con ello.
El entierro fue más triste. Era ya lo último, el final del trayecto. El fatigoso y agotador ir y venir, arreglar papeles y buscar cosas se acababa con aquello. De la familia nadie se comió los panecillos del cura (mi padre era el único católico; repartiéndonos los asistentes entre protestantes, ortodoxos y ateos). Vino más gente de lo que esperaba, y se lo agradezco a todos. Eso sí, la ceremonia se me hizo un poco corta... me esperaba otra cosa. Esperaba algo más como el velatorio: más recordar y menos postular.
Si le leyera mi opinión sobre la ceremonia a mi padre, se reiría meneando la cabeza. No diría nada. Sería un: "así son las cosas aquí, y es lo que quería".
No te conozco, he llegado a tu weblog por simple casualidad, el cifrado de Beale, asi que he te he leído, con atención. Siento Profundamente la muerte de tu padre, a mi no me gusta ni siquiera pensar en ello y tengo un concepto bastante claro del hecho de "morir", pero, y es aqui donde nos demostramos irracionales, has dicho tus verdades, pero tambin has dicho una de las mias, es invalorable, sentirnos cada dia "nuestro padre", y esto puede ser, creo, por dos sencillas razones, la primera, es lo que siempre hemos deseado, en el fondo; y la segunda, es inevitable; en cuyo caso, en ambas opciones, se está mas cerca de "dios" quien quiera que sea, cuando recuerdas, lo que tu padre hizo, dijo o la negativa de ambas, y buscas inutilmente, parecerte a él. Talvez entiendas poco de lo que expreso, suena personal, no lo es, pero si te digo algo, y lo digo muy en serio, yo creo que jamás podré expresar con tanta exactitud, como tú, lo que significa, ser hijo.
te seguiré leyendo.
Curioso lo de las multiples maneras de ver las religiones (o ausencia de ellas).
Hace poco estuve en una boda católica. De 25 familiares y amigos, fueron a comulgar exactamente 3. Fue llamativo y hasta incómodo, porque el cura era de la familia de uno de los contrayentes, y especialmente buena persona.
En mi opinión lo importante es lo que se comparte, y no lo que no se comparte. Claro que eso, en lógica estricta, es como decir que la religión no es importante, y yo no quiero decirle eso a los que sienten una religión. Hmmm, qué cosas.
(Puede ser que para mí es importante si ayuda a vivir, y no me gusta nada si ayuda a matar o a vivir mal. O algo de eso. Bueh.)
Me fue imposible asistir, pero estoy seguro de que los que fueron (Raule, Edu, Alberto y los demás) te transmtieron lo mismo que yo hubiera intentado transmitir.
"¡Oh, Capitán! ¡Mi Capitán! terminó nuestro espantoso viaje,
El navío ha salvado todos los escollos,
hemos ganado el premio codiciado,
Ya llegamos a puerto, ya oigo las campanas, ya el
pueblo acude gozoso,
Los ojos siguen la firme quilla del navío resuelto y audaz;
Más; ¡oh, corazón, corazón, corazón!
¡Oh, las rojas gotas sangrantes!
Ved, mi Capitán en la cubierta
Yace frío y muerto.
¡Oh, Capitán! ¡Mi Capitán! levántate y escucha las
campanas;
Levántate, para ti flamea la bandera, para ti suena el
clarín,
Para ti los ramilletes y guirnaldas engalanadas, para
ti la multitud se agolpa en la playa,
A ti te llama la masa móvil del pueblo, a ti vuelve sus
rostros anhelantes;
¡Ea, Capitán!¡Padre Querido!
¡Que tu cabeza descanse en mi brazo!
Esto es un sueño: en la cubierta
Yace frío y muerto.
Mi Capitán no responde, sus labios están pálidos e
inmóviles,
Mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso, ni
voluntad,
El navío ha anclado sano y salvo; su viaje, acabado y
concluido,
Del horrible viaje el navío victorioso llega con su
trofeo;
¡Exultad, oh, playas, y sonad, oh, campanas!
Mas yo con pasos fúnebres,
Recorro la cubierta donde mi Capitán
Yace frío y muerto."
Hola! soy una chica de 19 años, por casualidad encontre esta triste historia. Sabes, yo tambien perdi a mi padre hace un año, aun no puedo asimilarlo, es una sensacion que no puedes explicar. Me gustaría desahogarme con alguien, con mi familia no puedo, porque de entre mis tres hermanas y mi mama, soy la de mas fuerza en el caracter y no quiero derrumbarlas mas. Tal vez esta seria una buena oportunidad para conocernos y tal vez asi yo pueda sacar todo lo que tengo dentro. Creeme que te lo agradeceria mucho. Me despido con mucho cariño y esperando recibir apoyo de ustedes. LOS QUIERO. Peque