Leyendo un libro de Alan J. Parkin titulado en castellano Exploraciones en neuropsicología cognitiva he dado con el capítulo de visión ciega. La visión ciega se da en sujetos que han perdido parte o el total de su corteza estriada, una zona del córtex por la cual pasa toda la información a los sistemas visuales de la corteza. Las lesiones producen una zona de ceguera denominada escotoma, la cual está en relación a la zona de corteza lesionada, pues esta área es básicamente un "mapa" de lo que sucede en las retinas.
La gracia que tiene la pérdida de visión por la lesión de la corteza estriada es precisamente que no se piede del todo la visión, sino que algunas funciones quedan ahí. De hecho, si pasas un objeto por la zona visual correspondiente al escotoma de uno de estos sujetos, dirá no haber visto nada. Pero en cambio, si le fuerzas, te señalará correctamente por dónde pasó el objeto y hasta qué forma tenía si le das a elegir entre formas simples, y siempre dirá haberlo adivinado. Los estímulos con los cuales su ejecución no se había degradado eran básicamente aquellos que presentaban movimiento, la localización de objetos en el espacio, y una oscura habilidad para detectar orientación (era incapaz de distinguir un cuadrado de un rectángulo, pero podía distinguirlos de un triángulo o un rombo). A pesar de no ser en absoluto consciente del objeto, un paciente conocido como DB llegó a describir algunos estímulos de la siguiente manera:
... pequeñas ondas curvas que sobresalen de la pared aproximadamente un cuarto de pulgada.
No veo la línea. Ha habido como un golpecito. No vi la luz ni nada, pero pude sentir el movimiento y estaba completamente seguro de ello.
Esto nos remite a otro punto. Si las vías corticales de visión estaban completamente anuladas para DB, ¿cómo llega a presentar una ejecución buena (que no normal) en algunos casos? Habiéndose rechazado las hipótesis de que la luz del escotoma se reflejara en el resto de la retina y que el escotoma fuera simplemente una zona con visión de calidad degradada, sólo queda la opción de echar un ojo a cuáles son las restantes áreas conectadas con las vías visuales... y sorpresa.
Una de las áreas con las cuáles conecta la retina antes de llegar al córtex es el núcleo pulvinar del tálamo, junto a otras estructuras talámicas. La verdad esto me sorprendio, pues podemos estar ante una de las primeras funciones neuronales conocidas en profundidad. Por lo visto el núcleo pulvinar está relacionado con la detección del movimiento y más específicamente con la estimación de colisión con objetos. Así, los trabajos neurofisiológicos de Sun y Frost (1998) en palomas dan datos de gran magnitud sobre el comportamiento de esta área. Analizaron un total de 234 neuronas de 57 palomas, siendo alrededor de un 35% de ellas relacionadas directamente con funciones que se habían detectado en literatura acerca del tiempo de colisión. El 65% restante probablemente lleve a cabo funciones relacionadas (posiblemente con trayectoria, localización, discriminación de velocidad y similares) o faciliten la computación de las funciones ya descubiertas. Los tres tipos de neuronas descubiertos por Sun y Frost al menos dan para explicar el por qué los sujetos eran capaces de sentir el movimiento, pues éste tipo de estímulo se conoce capaz de elicitar respuestas de huida en humanos, además, no requiere de detectar la forma del objeto sino sólo su movimiento. Bueno, parece que ya hay un fenómeno de cuyo conjunto una buena parte es explicado de manera clara, y un núcleo (el pulvinar) cuyo comportamiento está bastante más cerca de ser explicado...